Para dar la bienvenida a la primavera 2021, BERDESIA ha homenajeado a cuatro vecinos de Tafalla pioneros en el cuidado de la naturaleza y del comunal.
El 28 de marzo de 2021 se inauguraba un monumento natural en su honor: cuatro piedras representando a cada uno de ellos, rodeados por árboles recién plantados por la asociación, con presencia del alcalde de la localidad, Jesús Arrizubieta, y la Consejera de Medio Ambiente, Itziar Gómez, además de la junt de BERDESIA, familiares de los homenajeados y ciudadanía tafallesa, sumando unos doscientos asistentes.
Dicho monumento puede visitarse junto al corral del Monte Plano tafallés.
¿Y cuáles son esas cuatro historias?
Las de Felipe, Eugenio, Félix (Txirolas) y Antonio (Toñín).
Cuatro tafalleses que nos demostraron que no hay tiempo de perder, que hemos de actuar aquí y ahora, porque velar por el entorno natural es un legado generoso para las generaciones futuras y una mejora a corto plazo de nuestro espacio vital.
Sus enseñanzas y legado permanecen, como las piedras colocadas en su honor, y nos animan a seguir creciendo, al igual que los árboles que las rodean.
Defensor del Comunal y del Monte Plano
Las 5446 robadas de encinar del Monte Plano iban a ser roturadas y transformadas en terrenos de cultivo en 1963. Felipe, que era concejal en esa época, logró detener la roturación cuando se llevaban 500 robadas taladas y, así, salvar el bosque.
Felipe elaboró diversos documentos en defensa del comunal, como la Memoria sobre los aprovechamientos comunales agrarios de la ciudad de Tafalla (1968), cuatro títulos sobre temas agropecuarios como la Reforma de los comunes agrarios de Navarra y otros temas (Imprenta Ainzúa, Tafalla, 1969) o Una pauta para la ley agraria (1974), así como múltiples artículos divulgativos publicados en el semanario tafallés Merindad, como Historia de la propiedad comunal en Navarra (1977), Las Bardenas Reales (1984), Tres hitos en la trayectoria comunal de Tafalla: ensayo histórico (1988) o Institución comunal y utopía (1991).
Impulsor de la recuperación del Monte Plano
Llevó a cabo múltiples plantaciones con colaboración popular, un espíritu de auzolan que perdura en BERDESIA. Además, fue pionero en la germinación de bellotas de encina en vivero, celador de montes de la Diputación en la Merindad y presidente de la Asociación Navarra de Amigos de la Naturaleza, que en 1995 recibió un premio por su contribución a la naturaleza y medio ambiente en la Zona Media.
Eugenio nunca descansó en su labor de plantar árboles, solo o acompañado. Además, realizaba el seguimiento del deterioro y empobrecimiento del suelo, agresiones producidas por incendios, el estado de la presa del río Cidacos o la presencia de vertidos en el término municipal de Tafalla. Eugenio realizaba estas fotos para luego cursar las pertinentes denuncias en el Departamento de Medio Ambiente.
Modelo del ecologismo práctico
Hortelano, plantador y cuidador incansable de árboles. Su extraordinaria querencia por la naturaleza, arraigo a la tierra y sabiduría natural lo convierten en todo un ejemplo.
Su esposa, Feli, habla así de él:
La naturaleza fue su modo auténtico de vivir, prefería las hojas de los árboles a las de los libros. En el año 1963 comienza su vida laboral hasta su jubilación en 2008.
Entre sus grandes pasiones estaban las fiestas, carnavales, la partida de mus con sus amigos y, por supuesto, su viña en la que reunía a la familia y a los paseantes que la bordeasen.
La naturaleza fue su gran debilidad, la mimó limpiándola, plantando árboles, enseñando a germinar semillas al alumnado de Tafalla, sembrando y llevando todo eso a su huerto.
Él decía que la sabiduría es el arte de vivir, de acertar a vivir la vida con sentido y gozo. Y así lo puso en práctica.
Guardián del Monte Plano
Montañero de corazón, cuidó con ahínco del Monte Plano tafallés a diario. Creó innumerables hitos y murallas de piedra para proteger especies arbóreas y señalar itinerarios a lo largo de sus sendas, caminos y cruces.
Su compañera, Begoña Lejarza, describe así su trayectoria:
Tenía una gran inquietud e interés por el Monte Plano, este entorno natural y de gran importancia para Tafalla. Lo que en un principio eran paseos, se convirtió luego en pasatiempo y comenzó a cuidar las entradas de los caminos colocando piedras con el fin de que los vehículos no pudieran acceder a ellos.
Poco a poco iba recopilando y acumulando piedras de diferentes tamaños para construir hitos en cruces de caminos, señalizando recorridos hacia la Caseta del Plano, la cruceta, la balsa Cabriteras, el Saso, el Corral del Pastor… Conociendo la riqueza arbórea del lugar, comenzó a construir un muro de piedras en la salida de uno de los caminos que van al Raso de Olite. Llegó a proteger ciertos árboles construyendo a su alrededor unos muros de piedra. Llegó a realizar trabajos de poda cuando era necesario.
Toño, en más de una ocasión, contó anécdotas como cuando él yendo con su perra Kirru, su fiel compañera de fatigas, le salieron al camino un par de jabalíes, o cuando tuvo que liberar de una trampa a un tejón. Solía tener ocultas, entre matorrales unas garrafas de agua para regar unos encinos y quejigos plantados por él.